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El objetivo del marketing es conocer las necesidades y gustos del posible cliente de un producto o servicio y adecuarse a ellos. Esta técnica está presente en la política, en la cesta de la compra, en los medios de comunicación y, desde ahora, también en tus relaciones amorosas.
El objetivo del marketing es conocer las necesidades y gustos del posible cliente de un producto o servicio y adecuarse a ellos. Esta técnica está presente en la política, en la cesta de la compra, en los medios de comunicación y, desde ahora, también en tus relaciones amorosas.
Para facilitarte la tarea, hemos adaptado al mercado de la pareja Las 22 leyes fundamentales del marketing, elaboradas por Al Ries y Jack Trout (Ed. McGraw Hill). Toma nota porque así funciona este negocio y así actuarán las competidoras que te encontrarás a lo largo de la vida de un producto como el amor, perecedero si no aplicas todos tus recursos. En definitiva, si gracias a la publicidad decides llevarte a casa una botella de color azul en vez de rosa, seguro que también tiene utilidad si aplicas sus principios a tu vida amorosa. Inténtalo, ¡a ver qué pasa!.
1. Ley del liderazgo.
Es preferible ser la primera que ser la mejor.¿Por qué todos los hombres recuerdan a su primera novia? Por eso, porque fue la primera. Las demás pueden ser mejores en muchos aspectos, pero serán... las otras. Así que, si no puedes estrenar el corazón de tu chico, no desesperes y pasa a leer la ley número 2.
2. Ley de la categoría.
Busca algo en lo que seas la primera. Si la categoría de ser la primera novia ya está ocupada, no te desanimes. Averigua dónde el terreno está todavía virgen. Por ejemplo, puede que él no haya convivido nunca con nadie, quizá la estrategia esté en ser su primera esposa o tal vez la que tenga mayor complicidad con él... en la cama.
3. Ley de la percepción.
Que sienta que eres la mejor, la única. No hay productos buenos ni malos, lo que existe son percepciones sobre lo que es mejor o peor. Si te ve de forma positiva, hasta tus defectos se convertirán en virtudes. Para ello, hazte buena publicidad subliminal, que sienta que eres una mujer perfecta imposible de igualar.
4. Ley de la concentración.
Piensa en algo que sólo le recuerde a ti. Escoge una palabra cómplice, un gesto muy personal, un mote cariñoso, una canción romántica... que le recuerde a ti y a la química que existe entre vosotros. Cuando lo vea o lo escuche, se le iluminarán los ojos inconscientemente.
5. Ley de la exclusividad.
No gastes esfuerzos en competir a lo loco. Si su madre, su ex o un amigo se han apoderado de una palabra o imagen en su mente, no intentes apropiarte de lo mismo. Busca algo que te identifique únicamente a ti.
6. Ley de la perspectiva.
Despliega tus armas, pero hazlo poco a poco. No emplees todas tus fuerzas en un primer impacto o serás flor de un día. Tómate tu tiempo para ver cómo son las reacciones que se producen y actúa teniéndolas en cuenta.
7. Ley de la escalera.
Utiliza tus recursos, según tu posición. Si por ahora el tipo que te tiene loca no es más que un conocido, olvídate de actuar como su amiga del alma o, peor aún, como una loba, o saldrá huyendo. Si ya existe entre los dos una buena amistad, empieza a desplegar tus armas de seducción.
8. Ley de lo opuesto.
No copies estrategias de otras, inNOVA. Que a tu chico sólo le gustan las lentejas como las hace su madre, pues que vaya a su casa a comerlas y así la visita de vez en cuando. Destierra ese plato de tu libro de recetas y prueba con algo que sólo sepas hacerle tú. ¡Y de qué manera!
9. Ley de la dualidad.
Vigila atentamente a las competidoras. Como buena campeona de maratón que eres, mantén tu ritmo, pero mira por el rabillo del ojo dónde está y qué hace tu principal adversaria.
10. Ley de los recursos.
Usa la imaginación para evitar la rutina. Además de tener una buena estrategia, necesitas los recursos adecuados para invertir en esa idea y mantener la chispa. Así que, ya sabes, échale imaginación para evitar la monotonía.
11. Ley de la extensión en línea.
Enamora también a su familia y amigos. Cuando ya estés segura de la relación con él, empieza a introducirte en otros ámbitos de su entorno. La familia y los amigos son los siguientes mercados a extender tu valor de marca. Toma tu plan de marketing y a por ellos, pero no olvides que tu principal interés es él. No lo descuides.
12. Ley de la mente.
No basta con ser sólo fachada. Por muy fashion que seas, tienes que aportarle algo más que un cuerpo bonito. Créale cierta dependencia emocional, enganchando con sus deseos más íntimos. Ya sabes: hoy por ti, mañana por mí.
13. Ley del sacrificio.
Para lograr algo, hay que renunciar a algo. A veces debemos tirar lastre para que el barco se mantenga a flote. Pero antes de renunciar a algo, piensa hasta qué punto puedes vivir sin ello. Por ejemplo, ¿hay hueco en tu armario para dos? ¿Te importa levantarte y que otro lleve tu albornoz? No te prives de cosas importantes para ti.
14. Ley de la aceleración.
Valora si realmente merece la pena. Antes de coger carrerilla y lanzarte con todas las de la ley a por él, asegúrate de que es más que un capricho. No malgastes demasiado tiempo tuyo (ni suyo) si lo único que te apetece con ese tipo tan atractivo es tener un par de encuentros apasionados.
15. Ley de la nota sensacionalista.
Vigila la imagen que ofrecéis. Piensa en cómo os ve la gente, sobre todo sus amigos. Si siempre estáis discutiendo o le hablas como un sargento, creerán que eres una bruja. A la larga, si hay problemas, los demás lo justificarán alegando que tenías mal carácter, por muy mimosa que fueras con él en la intimidad.
16. Ley de la verdad.
No te hagas la perfecta. Al principio todo es maravilloso: comprensión, buenas palabras... No pierdas esas formas, pero intenta mostrarte tal y como eres. Así no engañas a nadie y demuestras tu deseo de mantener una relación de sinceridad con tu pareja. Toda una virtud.
17. Ley de la singularidad.
Una buena charla os evitará problemas. Muchas parejas se apagan porque caen y recaen en los mismos problemas cotidianos. No los dejes pasar. Es básico que entre los dos exista buena comunicación y acabéis de una vez por todas con lo que os molesta.
18. Ley de los atributos. Reconoce tus errores con humor. Cometes un error: punto negativo. Lo reconoces: punto positivo. Lo haces con cierta gracia: una virtud. Si muestras tus defectos con humor, a él le encantará estar contigo, porque compensará el fallo con la risa.
19. Ley de la división.
Descubre si tiene instinto paternal. Con el tiempo, una categoría (tú) querrá subdividirse en otras (niños). Asegúrate de que él comparte esta idea y pon a prueba su capacidad de ocuparse de otros. Regálale una planta y si la cuida durante tres meses, cómprale una mascota. Si sobrevive, ¡puede que haya posibilidades!
20. Ley de lo impredecible.
Sé flexible para adaptarte a los cambios. Con el tiempo, se dejará el tubo de la pasta de dientes abierto, el lavabo lleno de pelillos y la ropa sucia detrás de la puerta... Intenta, en la medida en que los nervios te dejen, ser maleable. Debes ir acorde con los cambios que vaya exigiéndote la relación.
21. Ley del fracaso.
Acepta la derrota como parte de la vida. Tus manías también aparecerán. Cuando metas la pata, acéptalo o con el tiempo llegarás a un fracaso mayor. Así, podrás volver a conquistar a tu pareja, teniendo en cuenta los errores que no debes cometer. Como decía el emperador Julio César: “De una derrota se aprende más que de una victoria”. Ésta debe ser tu máxima.
22. Ley del éxito.
Para mantenerte como líder, no te duermas. El éxito suele llevar a la arrogancia y la arrogancia al fracaso. Así que no te duermas en los laureles tras haber superado la primera prueba y piensa que hay mucho camino que recorrer para mantener tu posición de líder.
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