La raíz de un problema está vinculada fundamentalmente con su solución. Escribir sobre el Pisco 7.9 --limited edicion-- nos obligaría a ocupar todos los caracteres (con espacios) que completan este texto. Y, aun así, no podríamos incluir toda la retahíla de adjetivos que se adjudicaron al licor homónimo de la escala maldita.
El problema --como apunta Gustavo Rodríguez, director creativo de Toronja-- no estuvo en el fondo, sino en la forma. Agradecer con una botella de licor es parte de nuestra interpretación del texto de Carreño sobre el significado de la palabra gratitud. Pero regalar una botella de pisco con el nombre del decimal más trágico dice mucho sobre la mesura, o falta de esta, de las respetadas cabezas del Produce. Porque el nombre opacó un intento positivo del ministerio y de todos los pisqueros: el primer intento de márketing para vender el licor de bandera fuera del país.
Por primera vez habían concordado con una estretagia. Por ese motivo, rescatando el lado positivo de la problemática del Pisco 7.9, convocamos a cuatro reconocidos publicistas, integrantes de galardonadas agencias de publicidad, para resolver el conflicto matemático sin el uso de quebrados: ¿Cómo decir que Pisco es la cuna del pisco, adjudicándole a esta característica única, la virtud de su sabor? Evidentemente, sin ser trágicos. Brindan: Pragma, McCann Erickson, Toronja y Garwich BBDO. Chupan: Ricardo Chadwick, Ricardo Mares, Gustavo Rodríguez y Oscar Tamayo. No se asusten, el charro no está muerto. Literalmente, como se merece el pisco, andaba en lo suyo.
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